miércoles, 31 de octubre de 2012

Incógnitas y fina literatura. El Kurras en La Rioja


En un lugar de La Rioja, de cuyo nombre no quiero acordarme…

La tortilla catada en La Rioja
Fotografía: SMR el Kurras
Si empezamos este post con referencia literaria tan cervantina es por dos razones: la primera, porque hemos enviado a uno de nuestros corresponsales, el atractivo SMR el Kurras, a cubrir una última hora en tierra riojana, origen y patria del castellano. Qué mejor homenaje a este idioma que su obra literaria cumbre; en segundo lugar, porque no hay labor más quijotesca que la búsqueda de la tortilla perfecta. La arriesgada misión debía encontrar respuesta a dos cuestiones básicas: la primera tratará sobre el lugar de La Rioja en la geografía peninsular tortillera; respecto a un segundo interrogante, tengo que citar a un hombre sabio dedicado desde su tierna infancia a las cuestiones del campo que me dio un inteligente consejo: “El vino para el invierno y la cerveza para el verano”. Desde entonces, una pregunta me carcome día y noche: ¿Qué vino maridar con la tortilla de patatas? Nadie mejor que SMR el Kurras para contestar esta acuciante cuestión.

viernes, 26 de octubre de 2012

El cinabrio de Saturno

Los artistas, sus mentores y la historiografía en general siempre han asimilado las gamas amarillas en el arte occidental con lo divino; especialmente aquellos matices más dorados. Durante los siglos medievales parte del arte pictórico europeo se componía con radiantes fondos de pan de oro que otorgaban a estas piezas una especial riqueza. Hoy nos ha llegado una fotografía (agradecidísimos estamos a Eva, de León) que no hace más que insistir en esta idea. Una tortilla de dorado intenso que brilla con luz propia, proporcional a la calidad visual de semejante ejemplar coronado por greca polilobulada de tomate rojo intenso, fresco y sano. Un placer para la vista, más divino que humano.

Según la leyenda, el amarillo era el color de los dioses. Por eso fue vetado para los humanos. Sin embargo, hace muchos siglos, durante un periodo de especial sequía que arrasó los cultivos de un misterioso país oriental, un humilde pastor que cuidaba un rebaño de escuálidas vacas moribundas, desesperado, decidió buscar ayuda divina. Conocido por su bondad, los dioses le ordenaron que alimentase a sus animales con hojas de mango y que después recogiese su orina. Cuando hizo esto, comprobó que con el infecto líquido podía obtener un brillante amarillo con el que pintar. La venta al por mayor del preciado pigmento enriqueció al hombre. Sin embargo, su avidez creció y creció sin parar, llegando a vender su secreto a unos codiciosos mercaderes venecianos. Los dioses, enojados por la falta de escrúpulos del antiguo pastor, decidieron castigar a la humanidad sustrayéndole el secreto del asqueroso pigmento. A partir de entonces, la gama del amarillo se debatía entre tonos apagados, pajizos, anaranjados y los poligoneros chillones. Cuenta la leyenda que el amarillo de los dioses sólo aparece muy de vez en cuando, de siglo en siglo y su estancia terrenal es efímera y pasajera…

domingo, 21 de octubre de 2012

Génesis

Detrás del ser creador de William Blake
se puede ver una tortilla disimulada

Asunto tan delicado como la tortilla de patatas no puede dejar indiferente a nadie. De hecho, han corrido ríos de tinta apuntando en muchas ocasiones las más variadas teorías sobre el origen gastronómico del plato en cuestión. Recientemente, el diario Levante – El Mercantil Valenciano, en su edición digital del pasado 18 de octubre, tuvo a bien incluir entre crisis, barcos varados y elecciones falleras, un artículo, breve y conciso, pero de claridad meridiana y amplia información, sobre la génesis de la tortilla de patatas. Después de alabar su variedad y hacer una más que ligera etnografía sobre las preferencias tortilleras en el ámbito peninsular, el autor o autora, oculto u oculta bajo el genérico “Redacción”, apuntaba las actuales teorías aceptadas en torno al origen de la tortilla para concluir el discurso con una simple receta en cuatro pasos. Sugerente texto sobre tema tan insondable y peliagudo como es el de los orígenes. Son muchos los investigadores que tratan de desmitificar ese arcano nacimiento lleno de magia, que tratan de dar nombre a ese demiurgo que nos legó la divina herencia tortillera, que pretenden otorgar patria singular a algo universal... No sé… A veces creo que el excesivo cientificismo trata de humanizar algo que debería mantenerse en el halo del misterio sacralizado. Los hombres y las mujeres deben tener mitos, dioses, héroes, leyendas y cuentos que estén fuera del alcance de sus manos. Os dejo el enlace, tortilleros del mundo, para que os forméis vuestra propia opinión. Ante todo, libertad…

Leer el artículo en Levante - EMV

jueves, 4 de octubre de 2012

Una tortilla española, supongo

Un gato espera su tortilla española
Es fácil fantasear sobre el encuentro entre el doctor David Livingstone y el explorador norteamericano Henry Stanley. El excéntrico médico escocés seguramente no sabría nada de la inquietud que su desaparición causó entre los medios occidentales, tanta como para que el New York Herald organizase una expedición de socorro. El doctor se había entregado a la lectura compulsiva de la Biblia (afirmaba con vehemencia que había sido capaz de leerla en cuatro ocasiones) mientras disfrutaba de las maravillosas vistas que le ofrecía el lago Tanganika. Cuando Stanley le localizó en la irrisoria ciudad de Ujiji (con todo mi respeto y consideración a mi legión de lectores tanzanos), Livingstone quizás se sorprendiese de la expectación generada por su desaparición. Tendría una cara de asombro incontenible, con los ojos como platos y sin poder articular palabra. Algo así le ocurrió a Angry Omelette cuando leyó con estupefacción en la carta de un restaurante bosnio que se ofrecía Spanish tortilla como entrante. No daba crédito.